1 de octubre de 2014

Reacción a la ponencia de Mark Wethington, Ph.D.

“Visión Bíblica de Wesley y su contribución a la Misión de la Iglesia” – 08 de setiembre 2014

Dra. Luzmila Quezada

Mi agradecimiento al Instituto de Estudios Wesleyanos y a la E-Comunidad Wesleyana para las Américas,  por invitarme a ser parte de esta mesa para comentar  sobre la  ponencia de Mark Wethington: “Visión Bíblica de Wesley y su contribución a la Misión de la Iglesia”.
Siempre es grato leer y escuchar la valiosa herencia doctrinal y espiritual de la tradición wesleyana porque nos invita a reflexionar,  innovar  y resignificar la fuerza profética de su legado para las iglesias de hoy.  No queremos  quedarnos fosilizados en el pasado,  sino reflexionar  sobre  nuestra acción pastoral  presente y  el compromiso con un proyecto histórico. Veamos su sustancial aporte:
Primero, destacamos el legado bíblico teológico de Jhon  Wesley como uno de los reformadores  que defendió el  principio de la “sola escritura”.  Para él la autoridad final en asuntos de religión era la Biblia. "La sola Escritura tiene autoridad para la fe y práctica del cristiano, pues a partir de ello podía expresar su fe para con Dios y con el prójimo.
El apego a la sola escritura no significaba un literalismo al pie de la letra, sino que era consciente de los diversos contextos, culturas y mensajes de los autores bíblicos, desafiándose a ir más allá del contenido teológico al usar métodos científicos de la ciencia crítica conocida hoy como “critica textual” y  aplicar las lenguas bíblicas y los hechos históricos en correlación con el contexto actual para interpretar la biblia.
Sin embargo, algo a destacar en la presentación de Mark, es que la reforma no solo era  de naturaleza bíblica y doctrinal, sino que exigía una reforma  a la iglesia por su falta de compromiso con la vida y enseñanzas de Jesús de atención a los pobres. Además criticó al liderazgo por descuidar su trabajo con los necesitados por lo que hace un llamado a las autoridades para demandar políticas que hagan cambios estructurales a problemas que generan injusticia y pobreza. Esto lo convierte a Wesley en un predicador del evangelio a la vez que profeta de la justicia social.  El evangelio que  predicaba inspiraba a las personas a abrazar la causa social en el nombre de Cristo. De esta manera, su  corazón misionero le lleva a "difundir la santidad bíblica por toda la tierra."
Aquí nos preguntamos, ¿qué tanto de la herencia wesleyana sirvió a la teología latinoamericana en su preocupación por los pobres? suponemos que algo o “mucho”. El siglo XVIII en Inglaterra era una preocupación por los indigentes, los esclavos, los encarcelados y emergió un movimiento evangélico de solidaridad por los que están en la marginalidad.  Fue una práctica de fe en medio de una convulsión social. ¿Por qué será que ahora el mensaje wesleyano en algunos lugares ha perdido su vitalidad?. Que en muchos lugares se piensa más en una salvación personal, intimista y no social o de lo contrario en una vida de suceso y de prosperidad que cuando sienten que la pobreza llega a sus puertas es como estar maldecido por Dios. Esto nos lleva a repensar  ¿cuál es la comprensión de la vida y misión en nuestras iglesias latinoamericanas como demostración de una fe activa en el Mundo?
Segundo.- El hecho de que Wesley ponga énfasis a la razón humana como un instrumento o guía para la comprensión de la revelación de Dios refleja su periodo histórico y los procesos que ha tenido que vivir para articular su producción teológica pastoral a lo largo de su vida. Los sermones son muestra de ello que a la luz de evangelio y el diálogo con el saber teológico y el humano da respuestas a una sociedad en crisis.
Esto nos lleva a ver Wesley con una amplitud de pensamientos al incorporar las manifestaciones más expresivas del pensamiento cultural de la época, haciendo que sea dialógico en su reflexión, que incluso podemos verlo como teólogo de la cultura[1]. Lo que nos parece creativo y original -porque junta varias tendencias teológicas en su praxis pastoral, que devienen no solo de las matrices religiosas de la Reforma, sino que “en su proceso con el protestantismo- alcanzó una feliz síntesis de las tendencias del protestantismo. Pues pasó por el calvinismo de la Reforma, por el arminianismo, el puritanismo, sin dejar de lado, de capitalizar los elementos del luteranismo ortodoxo y el emocionalismo de los pietistas”[2]. Pienso que no encontraría una actitud en Wesley que diga “no tienes razón”.
Tercero, la tradición. A pesar que Wesley pasó mucho tiempo estudiando los escritos y pensamientos de los líderes de la iglesia de los primeros siglos del cristianismo, a veces referido como "padres" de la iglesia. Un principio que Wesley heredó de estos primeros cristianos, que sirvieron como guía para la interpretación de las Escrituras, era la "regla de la fe". Aquí se destaca los aspectos que son esenciales para la salvación y aquellos que no cabrían en las cuestiones de  opinión. Esto deja abierta la posibilidad para pensar en el carácter ecuménico. Su compromiso con la fe no deja de lado el discernimiento del “buen senso”, su actitud de tolerancia se ve reflejada en su libertad de llamar a los que difieren con sus ideas, entenderlos, respetar las opiniones, en el “pensar y dejar pensar”.

Ahí cabe la pregunta, ¿es nuestra tradición wesleyana relevante para nuestra sociedad actual, pluralista en su religiosidad y está abierto al pensamiento teológico, ideológico, ético, filosófico, social sin perder su marco de referencia? Sabemos que no hay ninguna razón por la cual la iglesia deba romper el compañerismo o dividirse por asuntos de opinión, pero lamentablemente en estos últimos años nos movemos en dos frentes entre un fundamentalismo conservador y otra ultra-tolerante que relativiza todo. Aún tenemos que aprender a disentir cuando hay diversidad de formas litúrgicas, caminos y  proyectos pastorales y otras formas de expresar la fe.

Cuarto: Experiencia.- Mark nos recuerda que Wesley escribió estas palabras: "El Espíritu de Dios no sólo inspiró una vez a los que escribieron [la Biblia], sino que inspira continuamente, ayuda sobrenaturalmente a aquellos que leen con oración ferviente y que también actúan.  Era un pastor que hablaba de lo cotidiano o de una teología del día a día en donde la experiencia personal y comunitaria estaban involucradas.
En la teología actual, así como en la de Wesley, tener como referencia  las  experiencias de las personas, es vital en el momento de reflexionar la fe, pues no se puede comenzar con un estudio de verdades abstractas sin haberla pasado por la vida. La historia de vida, o la autobiografía de Wesley reflejan sus mudanzas y contribuciones de reflexión teológica pastoral, sin desechar lo antiguo; es la persona que siempre se le ve con espíritu de apertura a los nuevos rumbos de espiritualidad, producto de sus encuentros y diálogos con creyentes maduros y contemporáneos.
Quinto.- Siempre hemos hablado del cuadrilátero, tres que devienen del anglicanismo: la Biblia, la tradición y la razón, y la que propuso Wesley, la experiencia y la creación. Esta última, la Creación hay que considerarla como otra fuente teológica arraigada en la Sagrada Escritura. Nuestra teología siempre ha sido antropocéntrica y ha descuidado y explotado la naturaleza; nuestra tarea es restaurar la imagen de Dios en el mundo. Este es un enfoque soteriológico de salvación del ser humano y el cosmos.

El aporte de Wesley es su carácter empírico, más que observar y probar la existencia de Dios en la Creación, él confirma los atributos de Dios como la sabiduría, el poder, y el amor. Esta contribución es un aporte ecologista. Esto nos invita a analizar, de qué manera la teología wesleyana puede preocuparse por los problemas ecológicos, la contaminación de las grandes extracciones, de los recursos naturales que cada vez obligan a desplazarse (principalmente a las comunidades indígenas). Cómo  podríamos actuar a favor de nuestro ecosistema que amenaza no solo existencia de nuestra despensa global,  los bosques y animales, sino nuestra sobrevivencia? Y qué de los derechos humanos para defender la trata de personas, la inmigración y las enfermedades terminales o las nuevas enfermedades que aniquilan poblaciones enteras (como el ébola). El enfoque soteriológico involucra más allá de la salvación personal, se trata de recuperar la dignidad, de nuestra humanidad y el cosmos (creación).

* La Dra. Luzmila Quezada es docente de la ECWA. Obtuvo su Maestría en  Ciencias de la Religión en la Universidad Metodista de Sao Paulo, Brasil.  Doctorado en Historia y Teología en la Escola Superior de Teología, Brasil.

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[1] La utilización de ciertos elementos culturales del cristianismo Celta.
[2] MENDONÇA, Antônio Gouvêa. O Celeste Porvir: A Inserção do Protestantismo no Brasil. São Paulo: Pendão Real, ASTE & Instituto Ecumênico em Ciências da Religião, 1995, p. 45.

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