“Visión Bíblica de Wesley y su
contribución a la Misión de la Iglesia” – 08 de setiembre 2014
Dra. Luzmila Quezada
Mi
agradecimiento al Instituto de Estudios Wesleyanos y a la E-Comunidad Wesleyana
para las Américas, por invitarme a ser
parte de esta mesa para comentar sobre
la ponencia de Mark Wethington: “Visión
Bíblica de Wesley y su contribución a la Misión de la Iglesia”.
Siempre es grato
leer y escuchar la valiosa herencia doctrinal y espiritual de la tradición
wesleyana porque nos invita a reflexionar,
innovar y resignificar la fuerza profética
de su legado para las iglesias de hoy. No
queremos quedarnos fosilizados en el
pasado, sino reflexionar sobre nuestra
acción pastoral presente y el compromiso con un proyecto histórico. Veamos
su sustancial aporte:
Primero, destacamos
el legado bíblico teológico de Jhon
Wesley como uno de los reformadores
que defendió el principio de la “sola escritura”. Para él la autoridad final en asuntos de
religión era la Biblia. "La sola Escritura tiene autoridad para la fe y
práctica del cristiano, pues a partir de ello podía expresar su fe para con
Dios y con el prójimo.
El
apego a la sola escritura no significaba un literalismo al pie de la letra,
sino que era consciente de los diversos contextos, culturas y mensajes de los
autores bíblicos, desafiándose a ir más allá del contenido teológico al usar métodos
científicos de la ciencia crítica conocida hoy como “critica textual” y aplicar las lenguas bíblicas y los hechos
históricos en correlación con el contexto actual para interpretar la biblia.
Sin
embargo, algo a destacar en la presentación de Mark, es que la reforma no solo
era de naturaleza bíblica y doctrinal,
sino que exigía una reforma a la iglesia
por su falta de compromiso con la vida y enseñanzas de Jesús de atención a los pobres. Además
criticó al liderazgo por descuidar su trabajo con los necesitados por lo que
hace un llamado a las autoridades para demandar políticas que hagan cambios
estructurales a problemas que generan injusticia y pobreza. Esto lo convierte a
Wesley en un predicador del
evangelio a la vez que profeta de la justicia social. El
evangelio que predicaba inspiraba a las
personas a abrazar la causa social en el nombre de Cristo. De esta manera, su corazón misionero le lleva a "difundir la
santidad bíblica por toda la tierra."
Aquí
nos preguntamos, ¿qué tanto de la herencia wesleyana sirvió a la teología
latinoamericana en su preocupación por los pobres? suponemos que algo o “mucho”.
El siglo XVIII en Inglaterra era una preocupación por los indigentes, los
esclavos, los encarcelados y emergió un movimiento evangélico de solidaridad
por los que están en la marginalidad. Fue
una práctica de fe en medio de una convulsión social. ¿Por qué será que ahora
el mensaje wesleyano en algunos lugares ha perdido su vitalidad?. Que en muchos
lugares se piensa más en una salvación personal, intimista y no social o de lo
contrario en una vida de suceso y de prosperidad que cuando sienten que la
pobreza llega a sus puertas es como estar maldecido por Dios. Esto nos lleva a
repensar ¿cuál es la comprensión de la
vida y misión en nuestras iglesias latinoamericanas como demostración de una fe
activa en el Mundo?
Segundo.- El
hecho de que Wesley ponga énfasis a la razón humana como un instrumento o guía
para la comprensión de la revelación de Dios refleja su periodo histórico y los
procesos que ha tenido que vivir para articular su producción teológica
pastoral a lo largo de su vida. Los sermones son muestra de ello que a la luz
de evangelio y el diálogo con el saber teológico y el humano da respuestas a
una sociedad en crisis.
Esto nos lleva a ver Wesley con
una amplitud de pensamientos al incorporar las manifestaciones más expresivas
del pensamiento cultural de la época, haciendo que sea dialógico en su
reflexión, que incluso podemos verlo como teólogo de la cultura[1]. Lo que nos
parece creativo y original -porque junta varias tendencias teológicas en su
praxis pastoral, que devienen no solo de las matrices religiosas de la Reforma,
sino que “en su proceso con el protestantismo- alcanzó una feliz síntesis de
las tendencias del protestantismo. Pues pasó por el calvinismo de la Reforma,
por el arminianismo, el puritanismo, sin dejar de lado, de capitalizar los
elementos del luteranismo ortodoxo y el emocionalismo de los pietistas”[2].
Pienso que no encontraría una actitud en Wesley que diga “no tienes razón”.
Tercero,
la tradición. A pesar que Wesley pasó mucho tiempo estudiando los escritos y
pensamientos de los líderes de la iglesia de los primeros siglos del
cristianismo, a veces referido como "padres" de la iglesia. Un
principio que Wesley heredó de estos primeros cristianos, que sirvieron como
guía para la interpretación de las Escrituras, era la "regla de la
fe". Aquí se destaca los aspectos que son esenciales para la salvación y aquellos que no cabrían en las cuestiones de
opinión. Esto deja abierta la posibilidad para pensar en el carácter
ecuménico. Su compromiso con la fe no deja de lado el discernimiento del “buen
senso”, su actitud de tolerancia
se ve reflejada en su libertad de llamar a los que difieren con sus ideas,
entenderlos, respetar las opiniones, en el “pensar y dejar pensar”.
Ahí cabe la pregunta, ¿es nuestra
tradición wesleyana relevante para nuestra sociedad actual, pluralista en su
religiosidad y está abierto al pensamiento teológico, ideológico, ético,
filosófico, social sin perder su marco de referencia? Sabemos que no hay
ninguna razón por la cual la iglesia deba romper el compañerismo o dividirse
por asuntos de opinión, pero lamentablemente en estos últimos años nos movemos
en dos frentes entre un fundamentalismo conservador y otra ultra-tolerante que
relativiza todo. Aún tenemos que aprender a disentir cuando hay diversidad de
formas litúrgicas, caminos y proyectos
pastorales y otras formas de expresar la fe.
Cuarto: Experiencia.- Mark nos
recuerda que Wesley escribió estas palabras: "El Espíritu de Dios no sólo
inspiró una vez a los que escribieron [la Biblia], sino que inspira
continuamente, ayuda sobrenaturalmente a aquellos que leen con oración
ferviente y que también actúan. Era un
pastor que hablaba de lo cotidiano o de una teología del día a día en donde la
experiencia personal y comunitaria estaban involucradas.
En
la teología actual, así como en la de Wesley, tener como referencia las experiencias de las personas, es vital en el
momento de reflexionar la fe, pues no se puede comenzar con un estudio de verdades
abstractas sin haberla pasado por la vida. La historia de vida, o la
autobiografía de Wesley reflejan sus mudanzas y contribuciones de reflexión
teológica pastoral, sin desechar lo antiguo; es la persona que siempre se le ve
con espíritu de apertura a los nuevos rumbos de espiritualidad, producto de sus
encuentros y diálogos con creyentes maduros y contemporáneos.
Quinto.- Siempre
hemos hablado del cuadrilátero, tres que devienen del anglicanismo: la Biblia,
la tradición y la razón, y la que propuso Wesley, la experiencia y la creación.
Esta última, la Creación hay que considerarla como otra fuente teológica
arraigada en la Sagrada Escritura. Nuestra teología siempre ha sido
antropocéntrica y ha descuidado y explotado la naturaleza; nuestra tarea es
restaurar la imagen de Dios en el mundo. Este es un enfoque soteriológico de
salvación del ser humano y el cosmos.
El aporte de Wesley es su
carácter empírico, más que observar y probar la existencia de Dios en la
Creación, él confirma los atributos de Dios como la sabiduría, el poder, y el
amor. Esta contribución es un aporte ecologista. Esto nos invita a analizar, de
qué manera la teología wesleyana puede preocuparse por los problemas
ecológicos, la contaminación de las grandes extracciones, de los recursos
naturales que cada vez obligan a desplazarse (principalmente a las comunidades
indígenas). Cómo podríamos actuar a
favor de nuestro ecosistema que amenaza no solo existencia de nuestra despensa global, los bosques y animales, sino nuestra
sobrevivencia? Y qué de los derechos humanos para defender la trata de
personas, la inmigración y las enfermedades terminales o las nuevas
enfermedades que aniquilan poblaciones enteras (como el ébola). El enfoque
soteriológico involucra más allá de la salvación personal, se trata de recuperar
la dignidad, de nuestra humanidad y el cosmos (creación).
* La Dra. Luzmila Quezada es docente de la ECWA. Obtuvo su Maestría en Ciencias de la Religión en la Universidad Metodista
de Sao Paulo, Brasil. Doctorado en Historia
y Teología en la Escola Superior de Teología, Brasil.
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