Hace poco una joven metodista me relató
que tiempo atrás ella había estado en una actividad distrital. Parte de
la actividad fue un culto entre varias congregaciones, el cual tuvo lugar en
una congregación más dada a un culto "activo" (léase semi-pentecostal).
Mi amiga, criada en una iglesia que mezcla el culto tradicional con el
contemporáneo, estaba disfrutando del culto, cantando y aplaudiendo con los
demás. Pero llegó un momento cuando los lideres del culto insistían en
que los presentes gritaran, dieran vueltas, y aplaudieran ad nauseam el
nombre del Señor. Mi amiga, inteligente y pensadora, se incomodó un poco
ante tanta insistencia, pero no dijo nada y simplemente se mantuvo con su
participación más "limitada" en el culto. Después, otra joven
se le acercó, y con una actitud mitad regaño mitad preocupación, le preguntó
por qué no había participado como los demás, como los lideres mandaban.
Culminó su argumento diciendo, "es que hay ciertas personas con un
bloqueo espiritual, un peso encima, y hasta que el Espíritu venga sobre ellos,
no pueden gozar, brincar, y adorar como los hermanos 'libres.'"
No hay nada más firme que las opiniones
de un recién convertido. Sea individuo o grupo, cuando alguien conoce un
sistema de vida, una filosofía, una religión que le cambie por completo su
cosmovisión, la persona no solo tiene la fiebre de las ideas de esa religión,
sino también de las formas exactas bajo las cuales conoció esa
religión. Se confunde lo esencial con lo superficial, y el convertido
insiste sin cansarse que el segundo vale tanto que el primero. En
el caso de la joven "libre," ella seguramente se convirtió en una
iglesia donde se brinca, se grita, etc. y por eso cree (y aquí el paso en
falso) que todos los verdaderos cristianos adoran así. Pero
no solo ella. También hay iglesias enteras que ignoran, consciente o
inconscientemente, la existencia de veinte siglos de cristianismo y un sinfín
de formas de culto, de liturgias, de encuentros entre Dios y el ser humano.
Son iglesias que se comportan como si la historia cristiana simplemente se brincara del último capítulo de Hechos hasta el día en que ellos abrieron sus puertas. Y por eso creen que su forma de adorar es la única y verdadera, la de los hijos libres del Padre Celestial. Esto en sí es un problema, una mezcla de arrogancia e ignorancia, pero no vamos a sacar mucha leña de este punto ahora.
Son iglesias que se comportan como si la historia cristiana simplemente se brincara del último capítulo de Hechos hasta el día en que ellos abrieron sus puertas. Y por eso creen que su forma de adorar es la única y verdadera, la de los hijos libres del Padre Celestial. Esto en sí es un problema, una mezcla de arrogancia e ignorancia, pero no vamos a sacar mucha leña de este punto ahora.
Más interesante es la frase de la joven,
que dice simplemente que un cristiano expresa su verdadera libertad cuando se
comporta exactamente igual a los demás. Cualquier filósofo o marciano
diría que eso es una inconsistencia lógica. No se puede gritar a los
cuatro vientos que la libertad es el signo primordial de un cristiano, y luego
de manera implícita y a veces explícita exigir que todos adoren a Dios de la
misma forma. Además de ser una inconsistencia, es una falta de respeto,
porque se menosprecia la gran variedad de formas en que uno puede ser afectado
por el culto. A veces es más el corazón, a veces más el cerebro, a veces
es por la música, a veces por el compañerismo, las oraciones, el sermón, lo que
sea. Es importante que nuestros cultos ofrezcan una amplia gama
litúrgica, que hace resonar dentro de las personas algo que ellos de verdad
sientan. Pero exactamente cómo sería esto...no se puede saber de
antemano. Y por eso no se puede exigir la misma experiencia cúltica a
todos, aún menos bajo la bandera de una dizque libertad.
Will
Faircloth
San
José, Costa Rica
El Rev. Will Faircloth dictará el curso virtual: "Perfección Cristiana" en la ECWA el bimestre próximo.
Visite nuestra página web: e-comunidad.org
Nos encontrará también en facebook: E-comunidad Wesleyana para las Américas y E Comunidad Wesleyana
El tema de adoración y libertad me parece interesante. Un punto que no se trata en el articulo, pienso por espacio limitado, es el gran comercio que se hace ahora detras de la adoración y la alabanza, separadas adrede. Me refiero a la gran gama discográfica que los divos de la música cristiana ofrecen a las iglesias, y con esa gama, sus teologías, sus ideologías y sus éticas. Realmente quien es libre de esto?? En Perú, existe un sector pentecostal que elabora sus propios cánticos, esfuerzo loable por tratar de ser libres de ese mercado discográfico, pero a la vez ese esfuerzo se ve truncado al revisar el contenido de sus creaciones musicales pues se nota el peso ideológico conservador. En Huancayo los metodistas trabajan ahora con brasileños de música "alegre" en detrimento de lo autóctono, es otra forma de imposición cultural. En el fondo toda "adoración" es un ejercicio cultural ideológico utilizado para dominar al pueblo de Dios haciéndolo entrar a un estado catatónico, nunca ha habido libertad en ese sentido, solo la permitida para reproducir el sistema.
ResponderEliminar