12 de diciembre de 2014

La ética del cuidado del planeta

«Dios de las aves, Dios del gran pez, de las estrellas, Dios...» reza un himno evangélico. ¡Qué descripciones más extrañas! Dios de los seres humanos, sí, pero, ¿Dios de las aves, los peces y las estrellas?.

Por demasiado tiempo nos hemos encerrado en una teología y una ética humanocéntricas, pero los grandes problemas ambientales, como el calentamiento planetario y la progresiva extinción de especies -realidades que afectan no solamente «la naturaleza», sino también el bienestar de los seres humanos- demandan un cambio de paradigma, hacia una ética del cuidado del planeta: una ética que provoque un cambio en nuestra relación con la naturaleza. Una ética que también contemple a las aves, los peces y las estrellas. Será una nueva ética.